Ser emprendedor en un país tan cambiante es un reto, pero no imposible. Cuando salimos a las calles podemos ver todo tipo de emprendedores que buscan oportunidades de negocios en cualquier espacio público. Vendedores de frutas, covers de teléfonos móviles, accesorios de vehículos entre otros artículos y todo por una razón, existe una demanda para lo que ellos venden. 

Muchos comercializan productos que saben que tienen venta segura, otros se arriesgan a introducir nuevas opciones para hacer una validación de mercado con su propuesta y en caso de no dar resultado continúan probando con otros hasta encontrar el preferido por sus potenciales clientes y obtienen una ganancia en la venta.

Ver la creatividad de estas personas es sorprendente, ya que la gran mayoría no tiene una educación básica terminada, pero si tienen experiencia de la calle que les ayuda bastante a colocar un producto de acuerdo a las necesidades de sus clientes. Hacer un análisis del comportamiento de estos individuos resulta interesante y se parece bastante a la forma en que se hace el emprendimiento esbelto entre los nuevos emprendedores en el mundo. Se arriesgan a usar el poco dinero que tienen disponible para comprar un producto y luego venderlo para obtener un beneficio por la transacción, muchas veces el dinero que invierten proviene de amigos o familiares  y crecen de forma orgánica sin un endeudamiento inicial significativo. Luego al ver los resultados de las ventas se diversifican para obtener diferentes fuentes de ingresos y los productos que menos se venden se descartan.

Sería interesante exponer estas personas con poca educación a una formación comercial para que puedan continuar explotando sus ideas y aprendan a refinar los riesgos calculados que ya toman a diario. Considero que tendrían la oportunidad de manejarse mejor con el dinero y mejorarían el proceso de toma de decisiones para su crecimiento a futuro. A pesar de no ir a la escuela o asistir a una universidad son sumamente creativos e innovadores ya que a pesar de no tener nada se lanzan a la calle tomando riesgo de perder lo poco que tienen con la esperanza de algún día tener su propio negocio.

Las universidades deben convertirse en las encubadoras de nuevas ideas comerciales para de esta manera formar profesionales que sean capaces de crear nuevos negocios en vez de integrarse a ellos. El país necesita nuevas fuentes de empleos y la única manera de hacerlo es enseñando a todos como tomar riesgos calculados y explotando modelos de negocios viables y escalables mediante un proceso de emprendimiento esbelto poniendo en marcha el negocio con la cantidad mínima de recursos posible para hacer la prueba de mercado, validar su producto o servicio y luego cuando sea sostenible ,invertirle los recursos necesarios para contar con recursos humanos e infraestructura suficiente para satisfacer las necesidades de sus nuevos clientes.

Muchas veces podemos encontrar lo que la ciencia explica con cientos de libros de forma simplificada observando a personas que no tienen la mas mínima idea de como hacer negocios y sin embargo triunfan gracias a su ignorancia y su educación de aprender sobre la base de sus errores.

En conclusión, puedes aprender algo de todas las personas.

Se despide,

Constantino Floros